El proceso del naming en el branding

Hablamos de una de las tareas más importantes en el proceso de creación de una marca o producto: el naming. El naming es el arte de encontrar el nombre perfecto para una marca o producto que lo diferencie de la competencia y conecte con el público objetivo.

Sin embargo, el proceso de naming no es sólo cuestión de creatividad y originalidad, sino que también implica un aspecto legal muy importante. La protección legal de la marca es esencial para evitar problemas futuros como la infracción de derechos de propiedad intelectual.

Por lo tanto, es importante diferenciar el proceso creativo del proceso legal en el naming. El proceso creativo implica la definición de los atributos de la marca, la promesa, la competencia y la categoría del producto para seleccionar un nombre que conecte con la audiencia de manera efectiva. Mientras que el proceso legal se enfoca en la búsqueda de marcas registradas, la evaluación de la posibilidad de registrar la marca y la protección de la marca legalmente.

Así que, si estás en el proceso de creación de una marca o producto y necesitas encontrar el nombre perfecto, no te pierdas esta guía donde te explicaremos detalladamente cómo llevar a cabo el proceso creativo de naming y la protección legal de la marca. ¡Comencemos!

El proceso creativo de naming es fundamental para cualquier marca o producto que quiera destacar en el mercado. Este proceso se divide en varios pasos que permiten definir los principales atributos de la marca o producto, así como su promesa, competencia y categoría.

En primer lugar, es necesario definir los principales adjetivos que describen la personalidad de la marca o los atributos del producto. Esto ayudará a tener claridad sobre los valores y características que se quieren transmitir a través del nombre de la marca.

El siguiente paso es pensar en la promesa de la marca, es decir, el beneficio único que ofrecerá la marca y que sea significativo para el público objetivo. Así se podrán seleccionar nombres que refuercen esta promesa y conecten de manera efectiva con la audiencia.

Después, es importante analizar a la competencia y conocer los nombres que se están utilizando en la categoría del producto. Esto permitirá tener una visión más clara del mercado y detectar oportunidades para diferenciarse de la competencia.

En el cuarto paso, se debe definir la categoría del producto e identificar a los principales competidores, analizando si se trata de una compra racional o emocional, y en qué industria compite la marca. Esto permitirá seleccionar un nombre que sea coherente con la categoría y la industria en la que se compite.

Cada categoría tiene sus ventajas y desventajas, y la elección dependerá de los objetivos de la marca y las preferencias del público objetivo. Es importante evaluar cuidadosamente cada opción y seleccionar un nombre que sea distintivo, memorable y coherente con la personalidad de la marca.

Existen diferentes categorías de nombres que se pueden utilizar en el proceso de naming. A continuación, detallamos cada una de ellas:

  • Descriptivo: este tipo de nombre describe directamente lo que es o lo que hace la marca o el producto. Es una opción clara y concisa, pero puede resultar demasiado genérica y difícil de destacar entre la competencia. Ejemplo: Burger King, que describe claramente el producto que ofrece.
  • Acrónimo: es un nombre que se forma a partir de las iniciales de las palabras clave de la marca o producto. Esta opción es fácil de recordar y pronunciar, pero puede resultar poco atractiva y no transmitir la personalidad de la marca. Ejemplo: IBM, que significa International Business Machines.
  • Abstracto: es un nombre que no tiene una relación directa con la marca o producto, sino que se basa en asociaciones simbólicas o emocionales. Es una opción creativa y distintiva, pero puede resultar confusa o difícil de entender para algunos consumidores. Ejemplo: Nike, que se basa en la diosa griega de la victoria.
  • Sugerente: es un nombre que sugiere o evoca una característica o beneficio del producto o servicio. Es una opción creativa y atractiva, pero puede resultar difícil de entender o recordar para algunos consumidores. Ejemplo: Amazon, que sugiere la idea de una tienda con una gran variedad de productos.
  • Híbrido: es un nombre que combina elementos de diferentes categorías, por ejemplo, un nombre descriptivo con una connotación abstracta. Es una opción que permite aprovechar las ventajas de diferentes categorías y crear un nombre único y distintivo. Ejemplo: YouTube, que combina la idea de “you” (tú) con “tube” (tubo, en inglés), sugiriendo la idea de que cualquier persona puede subir un video.

Una vez se tienen claros estos aspectos, se pueden comenzar a pensar en nombres y filtrarlos considerando los atributos de la marca, su promesa y la categoría del producto. Es importante evaluar cómo cada nombre representa los atributos o promesas de la marca y si tiene connotaciones o asociaciones negativas.

Por último, se deben evaluar los nombres según recomendaciones como su distintividad, simplicidad, coherencia con la categoría de la industria, facilidad de deletreo y pronunciación, adecuación al público objetivo y extensibilidad. Todo esto permitirá seleccionar un nombre que sea memorable, fácil de recordar y que conecte con la audiencia de manera efectiva.

Ahora veamos el proceso legal.

Realiza una búsqueda de marcas registradas: El objetivo de este paso es investigar si hay marcas registradas similares o idénticas en los países donde se pretende comercializar el producto o servicio. Esto es importante para evitar posibles infracciones de derechos y conflictos legales.

Solicita una opinión legal: Es recomendable buscar asesoramiento legal para evaluar la posibilidad de registrar la marca y confirmar si cumple con los requisitos legales. Un abogado especializado en propiedad intelectual puede ofrecer una opinión profesional y aconsejar sobre las mejores estrategias legales.

Registra la marca: Si la marca cumple con los requisitos legales y está disponible, se puede proceder a su registro para protegerla legalmente. El registro de una marca es un proceso legal que otorga al titular los derechos exclusivos sobre el uso de la misma en el territorio y para los productos y servicios registrados.

Vigila la marca: Una vez registrada, es importante monitorear constantemente el uso de la marca y cualquier posible infracción de derechos, y actuar si es necesario para proteger la marca. Esto puede incluir acciones legales como el envío de cartas de cese y desistimiento o la presentación de demandas por infracción de marca. El objetivo es proteger los derechos de la marca y mantener su integridad.

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